En el siglo pasado se asumió que la felicidad es la riqueza pero, con el tiempo y con la investigación científica, se ha descubierto que la riqueza no nos hace felices, incluso la disminuye... ¿entonces qué se necesita para tener una buena vida?, ¿una carrera exitosa?, ¿ser famoso?, ¿todo lo que vemos en los medios y las redes sociales?
Robert Waldinger, psiquiatra y uno de los investigadores de la felicidad más importantes del mundo, participó en el estudio mundial más largo de la historia sobre qué nos hace felices en la vida real: el Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard.
Dicha investigación comenzó en 1938, actualmente de los 724 participantes 30 personas siguen vivas. Desde entonces se les ha monitoreado su salud mental, física, sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial, su trabajo, sus relaciones amistosas, de pareja y laborales, el envejecimiento y la jubilación. Se descubrió que la gente más longeva y sana es la gente que tiene más contacto social y tiene relaciones más cálidas, siendo, por lo tanto, lo contrario uno de los mayores retos de la humanidad: la soledad.